Ogbe Di: El Saber se Reparte

Todo Odu de Ifá tiene mucha profundidad y alcance en sus enseñanzas. Muy seguido hemos visto que muchos religiosos dicen que un Odu, le da enseñanzas y aplica solo al hijo de ese Odu y que las cosas que estos Odus indican, son solo para ellos. Esto es parcialmente cierto, ya que no indica que los que no tenemos ese Odu en particular, no podamos obtener diferentes enseñanzas del mismo. Muchos han hasta intentado pasar, un “Código de Ética” de Ifá, basado en las enseñanzas o inclusive refranes de los 256 Odus de Ifá. No criticamos la acción o iniciativa de establecer o analizar un código de enseñanzas éticas y morales que se base en nuestras enseñanzas religiosas, pero lo que no podemos hacer ver al público, es que ese Código de Ética es dictado por Ifá. Esto sencillamente, falta a la misma ética y moral que se pretende enseñar. Debe decirse que son cuestiones aprendidas por el religioso en base a su lectura e interpretación de Ifá, lo que las hace totalmente distintas.
Por ejemplo, tenemos la conocida historia del Odu Ojuani Shobe, donde Elegguá, en una de las diferentes versiones, se pinta de blanco de un lado y negro del otro y pasa en medio de dos amigos entrañables a los cuales se había propuesto separar. Cuando los dos amigos están conversando, Elegguá pasa por en medio de ellos, pero de forma que solo muestra una parte a cada amigo. Por la forma en que pasó, un amigo le pregunta al otro que si había visto lo descortés que había sido aquel hombre negro. El otro amigo, le dijo que no fue un negro, sino un blanco y de esto se desprende una tremenda discusión y hasta pelea a puños, que terminó en la destrucción de aquella sólida amistad.
Aún cuando la extracción del Odu indica que podemos tener problemas por la acción de Echu, esta historia a pesar de ser de Ojuani Shobe nos da una enseña a TODOS y no solamente pueden aplicar a ese Odu en particular. Si nos fijamos bien, ambos amigos vieron exactamente lo mismo (a Elegguá), pero bajo dos perspectivas diferentes. Esa diferencia en puntos de vista (Uno lo vio negro y el otro lo vio blanco), destruyó por completo algo que tenían en común estas personas (una sólida amistad). Eso es exactamente lo que sucede en nuestra religión, nuestra religión se ve separada por un problema que no deja ser tan solo de percepciones.
Si aplicamos esta enseñanza no solo a quien tenga Ojuani Shobe, sino que la vemos de forma más general, entonces, por lo menos a mí, me enseña que para un mismo asunto, siempre puede haber dos o más puntos de vista y que si no quiero destruir algo que lamentaré toda mi vida, debo aprender a escuchar y a respetar los otros puntos de vista. La enseñanza para nosotros como religiosos en particular, es que hay dos puntos de vista en nuestra religión (Ocha e Ifá) y que si aprendemos a escuchar y a respetar los puntos de vista de cada cual, no destruiremos la religión que TODOS queremos, pero que además, tenemos en común… La enseñanza está allí, todo depende de cómo la queramos ver y a qué situación de nuestra vida la queramos aplicar y no se puede decir que solo aplica a Ojuani Shobe.
Lo mismo sucede con los Patakíes de todos los Odu: Depende de a qué situación queremos aplicarlo y que enseñanza como ser humano nos puede dar, independientemente de si es o no el Odu que nos rige. Sin embargo, no todo es bueno con estas “libertades” de interpretación. Muchos entienden que pueden hacer el mal de acuerdo a sus particulares formas de ver estas historias y enseñanzas, lo que nos indica que por ello, lo correcto o incorrecto es el hilo del cual pende la espada de Damocles, ya que estamos sujetos a la ética y la moral de aquel que interpreta y entonces dependemos de la enseñanza de un Patakí de un Odu en particular, que quiera extraer esta persona, a sus caprichos.
Esto es lo que podríamos catalogar como el primer escalón del problema que vemos, no solo con el Patakí de Ogbe Dí, sino con muchos otros más. Muchas interpretaciones se dan con respecto a este Patakí que ni siquiera es conocido por muchos, más que por su refrán: “El Saber está Repartido”. Pero cuando se analiza el Patakí en cuestión, no es para ser aplicado indiscriminadamente y así tratar de encubrir a farsantes que quieren aplicarlo para colocarlo como sus “secretos religiosos”. Veamos:
Cierta vez se apareció en el cielo un hombre que tenía todo el saber en su poder y le dijo a Olofin: “Mire mi padre, he traído todo el saber que hay en la tierra y no he dejado nada. Olofin le responde: “Pero ¿Y qué harás con eso aquí? Aquí eso no hace falta para nada, por eso lo mandé para la tierra, para que le sirviera a todos y ahora tú lo traes de vuelta. Bueno, te enviaré con él de nuevo para la tierra y haz buen uso de ese saber”.
El hombre, que pensaba que había logrado una gran proeza, regresó decepcionado a la tierra y fue allí donde se repartió el saber entre los hombres.
Como se puede ver claramente, esto se refiere a como se repartió el saber humano en general y no el saber religioso. Es claro que no hay ninguna mente con la capacidad de recoger el saber completo de la humanidad. En este Patakí, esto se hace evidente además, ya que no involucra a NINGUNA Deidad, involucra a un HOMBRE que se presentó ante Olodumare con todo el saber en su poder. Como vemos, no fue el saber de Orunmila y por tanto, no se puede decir, bajo ningún concepto, que a Orunmila no le queda nada. Solo esto es indicativo que se refiere al saber de las diferentes ciencias y artes humanas. También se hace evidente en que se trata del saber humano, ya que Olofin dice que este no sirve de nada en el cielo y que por ello lo había enviado a la tierra, donde sí es necesario. De hecho, mandó a devolverlo.
Esto hace patente, que Olodumare se refería a las diferentes profesiones y oficios conocidos por el hombre y no a la sabiduría de Ifá. Es por ello que existen Ingenieros, abogados, médicos, plomeros, albañiles, sastres, herreros, peluqueros, etc. Esto es precisamente El Saber que no hace falta en el cielo, pero que sí es necesario para sobrevivir en la tierra.
Por otro lado, podemos ver que no se trata de Ifá o no hace referencia a ello. No por lo menos en este Patakí. Es sabido por varios Patakíes, que el saber de Ifá, a diferencia del humano, si es necesario en el cielo y que muchas veces Olodumare llamaba a Orunmila para que le consultara Ifá y así resolver alguna problemática que se hubiese presentado. Lo otro también, es que muchos Patakíes nos cuentan como Olodumare probaba el saber de los Babalawos y como los hacía arrestar, si eran unos bandidos, pero como estos son inconvenientes, muchos pasan a “Olvidarlos”.
Como vemos, este Patakí realmente nos cuenta en alegoría, como llegaron a repartirse las diferentes ciencias y artes en el mundo. Si tuviésemos que interpretar esto para una persona con este Odu, podemos decir que esta persona quiere ser acaparadora de conocimientos y quiere ser de todo, pero que al final, si sigue por ese camino, no será nada. Alguien con muchas profesiones, por lo general no es bueno en ninguna, ya que el tiempo que tiene para ganar experiencia, lo invierte en estudiar otra cosa y así sucesivamente. Debemos entonces aconsejar a la persona que se centre en un solo conocimiento y se haga un excelente conocedor de su campo, ya que tiene la capacidad e inteligencia para hacerlo y ser exitoso, en vez de andar errante por diferentes campos del saber, que no lo llevarán a nada.
Es aquí donde entra en juego la temida Espada de Damocles, representando a la conciencia que nos hará pagar las nefastas consecuencias de nuestro error, ya sea deliberado o inocente. Dice Ifá en Oyekun Tekundá, que podremos arrepentirnos de nuestros errores, pero que debemos vivir con las consecuencias de los mismos. Si se mata a una persona, ya sea por error o deliberadamente, podremos arrepentirnos de haberlo hecho, pero deberemos vivir con las consecuencias del hecho. La ética y la honestidad en una interpretación, juega un papel preponderante en lo que se enseñe con ella. Es claro que la historia de Ogbe Dí, no se refiere a Ifá y su “Saber Repartido”, como muchos quieren hacerlo ver, solo para hacer cosas torcidas.
Si bien es cierto, que se puede prestar para interpretarlo en base a los conocimientos de nuestra religión, debemos hacerlo en el contexto positivo y ético del mismo. Por ejemplo, podríamos llevarlo al hecho de una enseñanza religiosa y que por ello siempre, en toda ceremonia, deben haber varios Babalawos u Olorishas, cada cual aportando su talento innato, para llevar a cabo una ceremonia exitosa, ya que el saber repartido de ellos, lograría este objetivo. También podemos tomarlo en el lado positivo, cuando vemos que Orunmila, siempre nos pide que los Babalawos (prefiero decir religiosos), estemos unidos y hasta nos visitemos, para así poder compartir nuestras experiencias y aprender.
Muchos son los contextos positivos que se pueden extraer de esta historia y refrán, pero vemos con tristeza que es usado para entregar cosas como Changó y Oyá “consagrados por Ifá”, Iyami Osoronga, panteones de deidades inexistentes y toda clase de atrocidades, que han ido desvirtuando nuestra religión y que la están llevando al abismo de la destrucción. Recordemos siempre lo que dice el Odu de Ifá Ogbe Sa:
“Orar, ser veraz, ser virtuoso. Haga bien y no haga daño. Verdad, es el viajero que anda por camino estrecho, Maldad, es el viajero que marcha por una senda ancha, Ser veraz, ser virtuoso, Ser virtuoso, ser veraz. Quien es veraz asegura el apoyo de la Deidad.
Como hemos podido ver, dentro del Patakí del Odu Ogbe Dí se habla del saber humano en toda su extensión. Nadie puede ser dueño de todo este saber, por mucho que nos propongamos a obtenerlo. De hecho, al ver que aquel hombre llevó toda la sabiduría nuevamente ante Olodumare, una de las lecciones que se pueden desprender de este Patakí, es algo que podemos resumir en lo dicho por Oscar Wilde:
“Más veces descubrimos nuestra sabiduría con nuestros disparates, que con nuestra ilustración”.
http://www.slideshare.net/…/ogbe-di-y-la-reparticin-de-la-s…
©- Ogbe Di: El Saber se Reparte , del Ensayo:Ogbe Di y La Repartición de la Sabiduría, Del Oluwo Aguila de Ifá.