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BABALU AYE

Babalu Ayé

 

En este camino Chakpata llevaba una vida muy desordenada y no obedecía a los mayores, por lo que llego a recoger todas las enfermedades contagiosas de la tierra Yoruba. Eran tantas las quejas, que se reunieron los sacerdotes y tomaron la decisión de despedirlo por su desobediencia.  Nadie le ofreció ayuda para curarlo; el único que se pegó a él fue Elegguá, puesto que los Yorubas acordaron no hablar más con él y determinaron cerrarle el habla en la religión con el caracol. En su boca cosieron todo su Diloggún, para que no pudiera decir lo que sentía. Chakpata, al verse despreciado por su pueblo, decidió irse de allí. A su paso, la gente le tiraba agua y decía: "Llévate lo malo". A partir de ese momento soló se leyó el caracol hasta Eyilá Chebbora (12) para no recordarlo, ya que el habla en Metanlá (13).

Cuando se Iba se encontró con Echu, quien lo llevo a casa de Orula, en territorio de Ifé. Allí le salió un oddun que decía que a él lo habían dejado mudo por desobediencia, que se iba a hacer muy grande en otras tierras, pero que tenia que hacer ebbó con miniestras y tener siempre con él un perro que le pidió a Oggún y Osain. Continúo viaje hasta llegar a Dahomey. Todos en aquella tierra vivían por su cuenta, menos el rey, quien creía ser el Dios absoluto y mataba y hacia lo que creía. Pero al ver a Chakpana fue y se arrodilló pidiéndole perdón por lo malo que había hecho. Los nativos, al ver eso se unieron a Chakpana, donde Olofi lo consagró por haber oído los consejos de Orula. Mandó un fuerte aguacero que limpió a Chakpana de todos sus pecados y, donde él estaba parado, se abrió la tierra, tapando todos sus males. Fundo su reino en Dahomey y paso a llamarse Asojuano. Por eso, aunque es de tierra Yoruba, su grandeza la alcanza en tierra Arará donde se consagro por mandato de Olofi. Por eso, los Arará lo respetaron y entregan su fundamento tapado y sellado, para que ahí queden todas las enfermedades.

 

PATAKI DE BABALU AYE

 

En los tiempos primitivos, cuando se formó el mundo africano, Babalú Ayé {San Lázaro}, conocido por los Yorubas por el nombre de Chokueta y Chokuono, no quiso llevar una vida organizada, sino vivir por su propia cuenta, y no obedecía a los Orishas mayores.

Debido a eso llegó a recoger tantas enfermedades, y tantas fueron las quejas, que se reunieron los sacerdote de esa tierra y tomaron la decisión de no molestarlo más y despreciarlo por encontrarse en esas condiciones. Nadie le ofrecía ayuda, ni para cuidarlo, ni brindarle ofrendas de ninguna clase, sólo recibía desprecio hasta de muchos de sus propios hijos que lo veían leproso, cojo y caminando con bastón.

Babalú Ayé, viéndose despreciado por su pueblo tomó la decisión de irse a otra tierra.

Cuando en su paso por alguna tribu sus habitantes lo veían, le tiraban detrás agua y decían: ”Mulo Duruku”. Esto quiere decir: “Llévate lo malo”, y con el mismo “Aja” que él usaba, se limpiaban todos.

Echú Alabbana, fue quién lo llevó a casa de Chango en territorio de Ife, donde Changó le dijo a Echú: “Tú siempre traes estos compromisos, pero yo lo miraré”, y así lo hizo, diciéndole que lo habían dejado mudo para que no hablara por desobediente, pero que podía ser venerado y querido en otra tierra, pero antes tenía que hacer ebbo con miniestras y tener un perro siempre con él.

Babalú Ayé agradecido del consejo de Changó le dio las gracias a él y a Echú por haberlo llevado, cuando se retiraba, Changó le dió el perro que se lo había quitado a Oggún.

Continuo Babalú Ayé su camino hasta que llegó a Dahomey, donde todos los nativos le rindieron homenaje al Dios terrestre que ellos así lo creían. En aquel tiempo en esa tierra todos vivían por su cuenta y el rey se creía el Dios absoluto, mataba y hacia lo que le viniera en gana, pero al ver la presencia de Chokuono, él mismo fue y se arrodilló, pidiéndole perdón por todo el mal que le había hecho a todos.

Los nativos al ver eso se sumaron a Chokuono, por lo que Olofi lo consagró por consejos de Chango y mando un fuerte aguacero que limpio de todos los pecados a Chokuono, y en donde estaba parado se abrió la tierra y él tapó los pecados de chokuono, y todos sus males, instalándose en su reino en Dahomey, conocido en Cuba como Arará, por eso es que aunque Babalú Ayé es de los Yorubas, su grandeza y milagros se consagran por mandatos de Olofi en Dahomey, porque ahí quedó la enfermedad encerrada y por ese motivo el habla más firme que Changó que sabe sus secretos.

Echú siempre está con él en su reino, es su guía y portero, responsable

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